Hoy te voy a hablar sobre Kantaya, una organización sin fines de lucro que despliega un trabajo impresionante y desinteresado en favor de los niños. Kantaya se dedica a la tarea más fructífera de todas: la educación.
El principal objetivo de Kantaya es enfrentar la crisis educativa, y lo hace a través de espacios de aprendizaje para formación de niños íntegros y felices. Kantaya cree en el poder de la educación para formar niños con una mayor autoestima y ofrecerles el conocimiento suficiente como para que puedan cuestionar el statu quo y perseguir sus propios sueños. Este programa After School beneficia a niños desde los cinco hasta los quince años en la zona de Ventanilla.
Como sabes, en Ventanilla, así como en otras regiones del país, hay muchos hogares con dificultades económicas, lo que se refleja en un sinnúmero de indicadores. Por ejemplo, apenas uno de cada tres niños termina el colegio y solo un 2% accede a estudios superiores. Además, alrededor del 60% de los hogares vive en pobreza extrema y carece de agua potable.
Lo que más me gusta de Kantaya es que niños en situación vulnerable tengan la oportunidad de desarrollar al máximo sus capacidades (intelectuales y socioemocionales), logrando con educación sobreponer las barreras socioeconómicas en las que les ha tocado vivir y tener la oportunidad de sacar la mejor versión de sí mismos. Si llegas a visitar los centros “Casita Feliz”, verás de qué te estoy hablando.
Los resultados saltan a la vista: los niños de Kantaya entienden bien lo que leen, resuelven con éxito operaciones matemáticas en un promedio superior a la tasa nacional y están adelantados por más de un año en regulación de emociones y por más de medio año en habilidades sociales en comparación con otros niños de Ventanilla. Además, la mayoría de jóvenes de Kantaya tiene acceso a estudios superiores, y más de veinte de 18 a 27 años han incrementado su salario en seis veces (de US$ 65 a US$ 400 mensual).
Las responsables de este importante proyecto son Fabiola Portocarrero y Yessica Flores, quienes tuvieron el mismo sueño: generar un Perú con mayores oportunidades y un mundo mejor. Ese fue el punto de partida de Kantaya, que sigue ayudando a un grupo de niños en Ventanilla con sus centros “Casita Feliz”, así como donando materiales educativos. El camino no fue fácil: pasaron por muchas aventuras y baches, pero siempre contaron con el apoyo de sus seres queridos y con la resiliencia necesaria para no dejarse desanimar por los contratiempos.
Hace poco menos de un año conversé con Yessica, quien me habló con entusiasmo de un emprendimiento presentado en Silicon Valley. Consistía en un modelo que buscaba empoderar e instruir al profesorado. De esa manera, podrían llegar y amplificar el impacto a más niños.
En los años de existencia de Kantaya, he visto realizar múltiples actividades para conseguir fondos a través de donaciones individuales y de empresas locales, eventos de fundraising y productos de merchandising, entre otros. Cada actividad siempre ha estado llena de cariño, coordinación y entusiasmo.
Hoy, muchas personas y profesionales de diferentes empresas se han unido voluntariamente y trabajan bajo el liderazgo de Yessica y Fabiola, porque creen en el poder de la educación y saben que en equipo pueden generar movilidad social en las familias de Ventanilla.
Y es que hoy Fabiola y Yessica, a través de Kantaya, no solo hacen felices a los niños y familias de Ventanilla, sino que han realizado alianzas para que las organizaciones puedan aportar, unen a personas que terminan siendo amigos y generan el círculo virtuoso de unir varias personas con un solo sentimiento para aportar con un grano de arena y mover vidas. Fabiola y Yessica permiten generar sonrisas en los niños y dejar una huella en las personas que tienen la suerte de apoyar.
Hoy soy miembro del comité consultivo de Kantaya y estoy orgullosa y feliz de ver sus logros, avances y resultados. Admiro a Fabiola y a Yessica, porque tuvieron la valentía de dedicarse 100% a este sueño. Estas chicas han movido cientos de corazones: no solo han logrado que los niños sean personas de bien y que luchen por sus sueños, sino también han sido el puente para que cientos de familias abran sus corazones y apuesten por el poder de la educación.Tú también puedes apoyar para revertir la situación con ayudas de largo plazo, “enseñando a pescar”. Kantaya decidió apoyar desde la base creyendo en el poder de la educación. Puedes hacerlo a través de https://www.kantayaperu.com/ Así también puedes colaborar con otras iniciativas, pues hay mucho por hacer en nuestro querido Perú.