· Clery Neyra · aprendizaje · 4 min read
Cultura de Cancelación
Comprensión, impacto y camino a seguir.

La “cultura de la cancelación” se ha convertido en un término omnipresente en los últimos años, lo que ha provocado acalorados debates en las redes sociales, los medios de comunicación e incluso los círculos académicos. Pero ¿qué significa exactamente y cuáles son sus implicaciones para los individuos, las organizaciones y la sociedad en su conjunto?
En esencia, la “cultura de la cancelación” se refiere a una forma de exposición pública y ostracismo dirigida a personas o entidades que se percibe que han tenido un comportamiento ofensivo o problemático. Este comportamiento puede variar desde expresar opiniones controvertidas hasta cometer actos de presunta mala conducta, a menudo amplificados a través de plataformas en línea como Twitter, Facebook e Instagram. El objetivo de “cancelar” suele ser responsabilizar al infractor, lo que a menudo resulta en la pérdida de posición social, daño a la reputación, despido del trabajo o boicots de sus productos o servicios.
Si bien el concepto de responsabilidad social no es nuevo, la velocidad y la escala de la “cultura de la cancelación” están impulsadas en gran medida por la capacidad de Internet para difundir información rápidamente y movilizar la acción colectiva. El término en sí tiene sus raíces en Black Twitter, donde inicialmente se usó para denunciar comportamientos problemáticos dentro de la comunidad. Sin embargo, desde entonces ha evolucionado y ha sido adoptado por un público más amplio, a menudo con diferentes interpretaciones y aplicaciones.
Los defensores de la “cultura de la cancelación” argumentan que cumple varias funciones importantes:
- Responsabilizar a las personas poderosas: Puede proporcionar una plataforma para que las voces marginadas desafíen a quienes ocupan posiciones de poder e influencia.
- Promoción de la justicia social: Puede crear conciencia sobre temas como el racismo, el sexismo, la homofobia y otras formas de discriminación.
- Establecimiento de normas sociales: Puede ayudar a establecer y reforzar estándares de comportamiento aceptable en el discurso público.
- Proporcionar un elemento disuasorio: El miedo a ser “cancelado” puede desalentar a las personas de participar en conductas dañinas u ofensivas.
A pesar de sus beneficios potenciales, la “cultura de la cancelación” también se ha enfrentado a importantes críticas:
- Falta de debido proceso: Las acusaciones a menudo se hacen y juzgan rápidamente en las redes sociales, sin la oportunidad de una audiencia justa o una consideración matizada del contexto.
- Castigo desproporcionado: Las consecuencias de ser “cancelado” pueden ser excesivamente duras, especialmente por ofensas menores o errores pasados.
- Efecto escalofriante sobre la libertad de expresión: El miedo a ser “cancelado” puede sofocar el diálogo abierto y desalentar a las personas de expresar opiniones impopulares o controvertidas.
- Mentalidad de mafia: Las acumulaciones en línea y el acoso pueden crear un ambiente tóxico que es dañino tanto para el objetivo como para los participantes.
- Hipocresía e inconsistencia: Los estándares para lo que constituye una ofensa “cancelable” pueden ser subjetivos e inconsistentes, lo que lleva a acusaciones de hipocresía.
Dadas las complejidades y las posibles trampas de la “cultura de la cancelación”, es crucial abordar el tema con matices y pensamiento crítico. Aquí hay algunas consideraciones:
- Promover el diálogo, no solo la denuncia: Fomentar conversaciones constructivas y oportunidades para que las personas aprendan y crezcan a partir de sus errores.
- Enfoque en la proporcionalidad: Considere la gravedad del delito y el contexto en el que ocurrió al determinar las consecuencias apropiadas.
- Enfatice el perdón y la redención: Permita que las personas que han cometido errores demuestren un remordimiento genuino y hagan las paces.
- Apoyar el pensamiento crítico y la alfabetización mediática: Anime a las personas a evaluar la información cuidadosamente y evitar participar en acumulaciones en línea.
- Crear espacios seguros para el diálogo: Fomentar entornos donde las personas puedan expresar opiniones diversas sin temor a ser atacadas o silenciadas.
La “cultura de la cancelación” es un fenómeno complejo y en evolución que refleja tensiones más profundas dentro de la sociedad. Si bien puede servir como una herramienta para la rendición de cuentas y el cambio social, también conlleva el riesgo de silenciar las voces disidentes y crear un clima de miedo. Al promover el diálogo, la empatía y el pensamiento crítico, podemos navegar por este panorama desafiante y crear una sociedad más justa y equitativa”.